¿Alguna vez has pensado cómo los huesos contribuyen a tu salud?

No es muy común pensar en las funciones de nuestro cuerpo, y los huesos no son una excepción. ¿Nunca se ha cuestionado por qué se lastima el hueso o el músculo? Esto puede deberse a que el hueso y el músculo no sean de buena cantidad o calidad o no se encuentren bien acoplados entre ellos. Es por esto que hoy, vamos a hablar un poco de la calidad de los huesos.

Para determinar la calidad del hueso, se estudian las propiedades estructurales y materiales del hueso, que, a su vez, están determinadas por el remodelado óseo. La calidad del hueso es la determinación de que tantos minerales, como colágeno y otras sustancias están en valores normales y en la misma proporción o en la proporción adecuada.

Ahora bien, ¿sabías que el hueso se divide entre el hueso esponjoso y el hueso cortical?. El hueso esponjoso (si lo estabas pensando, sí, sí se parece a una esponja), se encuentra en la parte interna y es aproximadamente el 15% de todos los huesos; principalmente se encuentra en sus articulaciones y en la columna vertebral. Está formado por un entramado en forma de malla compuesto por pequeños trozos de hueso llamados trabéculas óseas. Aquí se encuentra la médula ósea. En palabras sencillas: son los amortiguadores de tus huesos.

El hueso cortical es aproximadamente el 85% de tus huesos, principalmente, recubre la parte externa de estos, siendo la parte más sólida, dura y resistente de la composición ósea. Su interior está lleno de orificios y canales, atravesados por vasos sanguíneos y nervios. ¿Su función? Junto con los tendones, ligamentos y músculos, trabajan diariamente para el movimiento del cuerpo; además, ayuda a tener flexibilidad del hueso, para que entiendas mejor, cuando tomas el hueso de pollo y lo intentas romper, se dobla un poco al inicio, esa flexibilidad la da el hueso cortical.

Por otra parte, ¿sabías que el hueso tiene que ser flexible y hay maneras de estudiarlo?. Esto se da gracias a la matriz orgánica ósea, esta medición que se hace mediante sonometría ósea, nos permite precisar en qué fase del remodelado se encuentran los huesos, así como estimar la flexibilidad del mismo, es decir, proporciona las características y propiedades específicas de los huesos.

La sonometría ósea se toma en el antebrazo y en la tibia, para que, junto la densitometría ósea, podamos tener un panorama más completo de tus huesos, entender en qué momento del remodelado se encuentran y tomar mejores decisiones para fortalecer este proceso. Esta se hace junto con la densitometría ósea pero, ¿qué es la densitometría ósea y para qué sirve?.

La densitometría, es un estudio de rayos X de baja energía que mide por cm2 cuántos minerales (principalmente el fósforo y el calcio) hay en el hueso. Básicamente, la densidad mineral ósea establece cuánto mineral se tiene en los huesos.

Para medir el hueso esponjoso, realizamos mediciones de tu columna o tu antebrazo y para entender mejor tu hueso cortical medimos tu fémur, así tenemos un panorama completo de cómo están tus huesos por dentro y por fuera.

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