Impacto del sedentarismo en tu organismo

Siempre se nos dice de la necesidad de realizar actividades físicas, pero en muy pocas ocasiones pensamos en el por qué nace esta necesidad. Básicamente, el impacto del sedentarismo en cualquier etapa de la vida es muy importante, si no hay actividad física, pueden existir problemas cardiovasculares, musculoesqueléticos y metabólicos importantes que impactan negativamente la calidad de vida a futuro. Por ejemplo, los huesos estimulan la mineralización con el impacto, es decir, si estos no tienen el suficiente movimiento, pierden la capacidad de mineralización.

Para la salud ósea no importa la intensidad del movimiento o de la actividad física, lo que importa son las repeticiones, es decir, lo ideal es buscar la estimulación de los huesos y músculos en conjunto. Si la actividad física se hace de manera intermitente, se obtienen los beneficios mecánicos del deporte, sin embargo nos perdemos de los beneficios metabólicos y cardiovasculares.

Uno de los grandes problemas por los cuales la gente que inicia actividad física deserta, es por la incapacidad de hacer el ejercicio indicado, así como la monotonía de las rutinas de ejercicio, por ello es importante realizar una evaluación previa del estado de salud de los huesos y los músculos, con un profesional de la salud, para que tengas la asesoría indicada sobre si eres apto físicamente para realizar el ejercicio que deseas y llegar a las metas que te propones.

Ahora bien, ¿sabías que la OMS constantemente da actualizaciones de cifras, datos y recomendaciones sobre la actividad física deseada para las personas? Algunas de las recomendaciones más recientes (actualizadas en noviembre del 2020) por la OMS, son:

Se recomienda durante al menos 150 a 300 minutos de actividades físicas aeróbicas moderadas a la semana (en varios días). Además, el ejercicio debe ser continúo, no se pueden interrumpir los ciclos.

Se recomienda la realización de actividades físicas aeróbicas intensas durante al menos 75 a 150 minutos, o una combinación equivalente de actividades moderadas e intensas a lo largo de la semana.

Puedes hacer actividades aeróbicas (mejor conocidas como actividades cardiovasculares) o anaeróbicas (conocidas como actividades de resistencia):

• Actividades aeróbicas (cardiovasculares): estos ejercicios estimulan la parte interna de los huesos y te ayudan a tener una mejor función cardiovascular. Algunos ejercicios son: correr, nadar, ciclismo, tenis, saltar la cuerda, entre otros.
• Actividades anaeróbicas (resistencia): con estos ejercicios funcionales, se fomenta la parte exterior de los huesos. Algunos ejercicios son: el levantamiento de pesas, abdominales, flexiones, sentadillas, yoga, pilates entre otras.

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